La modernización del puerto del Callao contrasta con un problema que crece cada día: largas colas de tráilers, congestión vehicular y pérdidas millonarias. Los choferes denuncian que llegan a esperar hasta ocho horas para ser atendidos, mientras enfrentan inseguridad y la falta de atención eficiente por parte del sistema. “Todos los días hacemos colas de 8 horas, entramos al puerto y no nos atienden porque no hay máquinas”, relató un chofer a Panorama. Este testimonio es solo uno de los varios que describen el desgaste físico y económico que sufren los conductores aduaneros, obligados a permanecer en sus vehículos por miedo a ser asaltados.
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